Enchufes para nuestros nuevos coches (Eléctricos)
El nuevo mundo de la movilidad eléctrica no solo requiere coches nuevos, baterías potentes y mucha electricidad, sino también estaciones de carga simples. Sin embargo, estos enchufes para coches son sistemas complejos que requieren muchos conocimientos, ya en la fase de planificación.
Además del cambio energético (que ROBUR lleva años apoyando activamente con más de 1000 compañeros y compañeras en el sector eólico y el desmantelamiento de centrales nucleares), nos encontramos ante un cambio de movilidad. Los coches eléctricos ya son indispensables en nuestro día a día, pero la infraestructura de muchos países y ciudades se está quedando atrás y supone un freno para que el cambio sea rápido. ROBUR está aquí para ayudar con sus conocimientos y experiencia.
Las cosas como son: no es lo mismo conducir por la autopista a toda velocidad y tener que repostar grandes cantidades de electricidad constantemente en los nuevos depósitos, o sea, baterías, para poder recorrer los próximos 400 km que recargar la electricidad consumida durante el día en un trayecto de 20 km de ida y vuelta hasta la oficina en un garaje privado por la noche.
En el primer caso se deben encontrar soluciones verdes, y nunca mejor dicho, pero no en todos los campos (o áreas de servicio) hay un cable de alimentación apto para este uso. Pero es que ni siquiera en las ciudades es tan fácil esta solución. La solución aquí es una toma de pared wallbox, como llamamos a los enchufes modernos para coches eléctricos, p. ej., en aparcamientos subterráneos. Una wallbox en un aparcamiento no suele suponer ningún problema, pero 30, 40 o incluso 100 en un solo sitio (p. ej., en un barrio en el que todos se han pasado al eléctrico) ya complican más la cosa. Y es que, si todos los conductores quisieran cargar su coche a la vez, saltaría hasta el fusible más potente. Y eso si el proveedor responsable ha tendido cables suficientemente gordos como para poder manejar semejante cantidad de electricidad. La gestión de cargas inteligente se convierte en el término mágico junto con la pregunta de si, al final, todas las wallboxes disponibles recibirán suficiente energía para que todos los vehículos realmente estén cargados en los 20 minutos que promete la publicidad. Otra dificultad reside en que los mazos de cables de los edificios no están necesariamente tendidos para el servicio permanente con grandes cantidades de electricidad, por lo que también existe un peligro de incendio debido al calor que se debe tener en cuenta en la planificación. No es infrecuente que tengan que entrar en acción excavadoras y martillos perforadores para instalar cables más potentes junto con distribuidores antes de que se pueda conectar una wallbox.
Las dificultades no se acaban: hay que aclarar la cuestión de la facturación al igual que la de los sistemas de medición calibrados. Además, a esto se añade el papeleo burocrático en materia de permisos, acuerdos con los operadores de la red y organización de las subvenciones disponibles.
En cambio, la planificación del diseño y la implementación, la ejecución del proyecto, la compra, el suministro y el montaje de todos los componentes, incluidos los trabajos de excavación, ya son casi rutinarios.
Todo esto lo tienen bajo control los compañeros y compañeras de ROBUR y ya lo han demostrado en los proyectos más dispares, que incluyen aparcamientos públicos y privados, así como infraestructuras de carga para concesionarios y proveedores de carsharing. Con la empresa de ROBUR ELMOBIS, en colaboración con los compañeros de ROBUR WIND y GESA, y con el apoyo de los especialistas de todo el grupo, el montaje de infraestructuras de carga es más fácil y, con ello, la movilidad eléctrica se vuelve más cómoda. Así es como ROBUR aporta su grano de arena al cambio ecológico en la movilidad.