150 piscinas olímpicas llenas de petróleo.
Aunque el consumo de petróleo está decayendo a nivel internacional, o precisamente por eso, la demanda de opciones de almacenamiento del crudo va en aumento. De hecho, una extracción en curso no se puede parar de golpe y reanudar cuando se quiera, por lo que el petróleo extraído se tiene que almacenar en un sitio seguro y de fácil acceso hasta su transporte.
Por eso, KSA Oil Storage, de Arabia Saudí, contrató a la empresa egipcia Petrojet con base en una asociación estratégica entre Arabia Saudí y Egipto para que construyera un depósito de petróleo en Agrod, una localidad situada un poco al noroeste de Suez, prácticamente a la entrada del canal de Suez. Desde ahí hay pocos kilómetros hasta las instalaciones portuarias del canal de Suez y un oleoducto ya existente conduce directamente hasta Agrod. Por lo tanto, esta es una ubicación casi perfecta para un almacén temporal.
La empresa asociada a ROBUR, TEC Egipto, obtuvo el contrato del contratista general ARESCO para realizar todo el montaje. TEC ya había llevado a cabo muchos proyectos especiales, pero uno de esta magnitud en la industria del gas y el petróleo era terreno desconocido para la experimentada plantilla. TEC Egipto empezó a hacer sus primeros proyectos pequeños en 2018 para Shell y, más tarde, Total, que se convirtieron en recomendaciones y excelentes referencias que luego fueron decisivas para la adjudicación de este gran proyecto.
De hecho, el tamaño es algo realmente peculiar para el europeo medio, ya que quien se esté imaginando un depósito petrolífero de dimensiones europeas deberá replanteárselo. Con un diámetro de 110 metros, cabe casi un campo de fútbol entero, y los 22 metros de altura corresponden a un edificio de unas ocho plantas. La capacidad de este depósito es de la increíble cifra de 175 000 m3, suficiente como para llenar 150 piscinas olímpicas (de 50 metros). Además, las 3250 toneladas de acero utilizado equivalen al peso de unos 3500 coches de gama media.
Para el montaje se necesitaron 200 técnicos y 410 000 horas de trabajo repartidas en ocho meses, el 70 % de las cuales se destinaron a unos 26,1 km de juntas de soldadura. Para ello, se emplearon 100 aparatos de soldadura y 4 equipos de soldadura automática. En total se consumieron unas 56 toneladas de electrodos de soldadura, 600 bombonas de CO2, 200 bombonas de propano, así como 12 000 discos de corte y 3000 muelas para las cortadoras angulares.
Una particularidad en todo el mundo es el techo flotante. El techo redondo, de 110 metros de diámetro, flota sobre el petróleo. Se trata de una construcción con muchas cámaras herméticas, similar a un pontón. La ventaja de este tipo de construcción es que el petróleo queda almacenado casi herméticamente, apenas se liberan gases y el peligro de incendio es considerablemente menor.
Habrá más proyectos de esta magnitud en los próximos años. Además de que el consumo mundial de petróleo ha disminuido a causa de la COVID-19, el cambio energético, que ha propiciado un aumento de las energías eólica y solar, también ha reducido el consumo y la demanda de almacenes temporales para las plantas de extracción existentes ha aumentado. Para TEC, este proyecto también constituyó un hito para consolidarse a nivel internacional como proveedor de servicios para proyectos grandes en la industria del gas y el petróleo.